Hay que ver esta película escuchando la música y dejando, quien sea capaz, la trama en un segundo plano. Es hora de homenajear a este futurista. Escuchad como planea la sombra de Stravinsky: una vez más es alargada (Bernard Hermann aplicó el mismo magisterio en Psicosis). Esas cacerolas, el uso de la electrónica, la inmersión en el atonalismo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario